Taurina es un aminoácido azufrado considerado como esencial condicionado, ya que se convierte en esencial en determinadas situaciones o etapas de la vida. Nuestro cuerpo puede crearlo a partir del aminoácido metionina y la cisteína utilizando la vitamina B6 como cofactor de la reacción enzimática.
Es uno de los aminoácidos más abundantes del organismo; después de la glutamina, es el segundo aminoácido en forma libre que hay en mayor cantidad en el tejido muscular (cuatro veces más en las fibras tipo I), el corazón, el cerebro y las plaquetas.
Funciones que cumple la taurina en nuestro cuerpo
Es un componente de los ácidos biliares, donde se utiliza para la absorción de grasas y de vitaminas liposolubles. Así mismo, tiene efecto antioxidante y hay evidencia de que actúa como neurotransmisor, estabilizador de las membranas celulares (colabora en el paso de potasio, sodio, calcio y magnesio a través de ellas), estimula la función inmunológica y participa en la desintoxicación de sustancias químicas extrañas.
Efectos de la taurina
Estudios que indican que la taurina actúa como “un imitador de la insulina” en el metabolismo de los carbohidratos y de las proteínas, de tal forma que altas concentraciones de este aminoácido aumentan la actividad de la insulina en sangre, con lo que disminuye la glucosa sanguínea y se incrementa la reserva hepática de glucógeno.
Este aminoácido se une específicamente al receptor de la insulina humana, de modo que puede afirmarse que sus propiedades reductoras de la glucosa se deben a la interacción con el receptor insulínico. Por lo tanto, la taurina es de utilidad en deportistas que realizan ejercicios aerobios para mejorar la carga de glucógeno tras agotar los depósitos.
Taurina en la protección y desarrollo muscular
Todas las formas de estrés provocan agotamiento de taurina y de glutamina muscular. La taurina ha demostrado prevenir la disminución de las proteínas estructurales presentes en el músculo esquelético.
Tras estudios realizados con animales a los que se suplementaba la dieta con este aminoácido, parece observarse una relación directa entre la taurina y el incremento de la síntesis proteica, deteniéndose la tasa de catabolismo producido por el estrés o por el entrenamiento intenso. También hay estudios que relacionan la toma de taurina con una disminución de la lesión muscular.
La taurina interviene en el mecanismo de excitación-contracción del músculo esquelético; lo que significa que afecta a la transmisión de la señal eléctrica hacia las fibras musculares lo que tiene una gran importancia para asegurar un rendimiento muscular óptimo.
Parece existir una respuesta muscular específica con respecto a la taurina, ya que las fibras rápidas se afectan más que las lentas. Puesto que en el ser humano, las fibras de contracción rápida muestran un mayor crecimiento como respuesta al entrenamiento con resistencias, es de esperar que la taurina colabore en el crecimiento de las fibras musculares cuando se une a un entrenamiento de alta intensidad.
Taurina en el sistema inmunológico
En cuanto a su papel como estimulador de la función inmunitaria, parece claro que la taurina defiende al organismo de bacterias, virus y agentes químicos mediante la protección de la membrana celular, estimula las células natural killer y favorece la liberación de la interleucina I, ambas implicadas en la respuesta inmunitaria. La taurina, pues, actúa como un importante agente antioxidante y, como tal, mejora el normal funcionamiento de nuestro sistema de defensa.
¿En qué cantidades se debe consumir?
La dosis recomendada es de 0,5-1 g tres veces al día. El rendimiento aeróbico puede mejorarse mediante la ingestión de una dosis única de taurina en cantidades variables (1-6 g).
La taurina se tolera bien. No se conocen serios efectos colaterales a las dosis usuales de 1-3 g/día.