Generalmente los deportistas representan un buen estado de salud por lo que hablar de muerte súbita en un deportista causa un gran impacto social, que genera inquietud.
La muerte súbita puede ser la primera manifestación de la enfermedad; por lo que se dificulta la identificación de sujetos en riesgo y su incidencia real es desconocida.
Sin embargo hay diversas enfermedades cardiovasculares que con mayor frecuencia son causa de muerte súbita en el deportista, la causa última de la MSD es fundamentalmente una arritmia maligna y excepcionalmente se debe a una parada diastólica o a la ruptura de un gran vaso. La arritmia responsable es una fibrilación ventricular (FV); a veces como degeneración de una taquicardia o de un flutter ventricular (TV, FLV).
La causa inicial de la arritmia terminal suele ser una enfermedad cardiovascular (ECV) que es la inductora de la arritmia. En personas menores de 35 años predominan las enfermedades con componente hereditario o congénito; y por encima de esta edad, la causa es la enfermedad coronaria.
Prevención de muerte súbita en deportistas
- La prevención se basa en la detección de las posibles causas; hay que valorar los antecedentes familiares y personales, para detectar anomalías.
- La exploración física debe incluir una valoración del aspecto general; la palpación de los pulsos y una auscultación cardíaca y electrocardiograma de reposo de 12 derivaciones.
Para deportistas mayores de 35 años se recomienda también realizar prueba de esfuerzo, para valorar isquemia, no necesariamente para evaluar la capacidad, si no para descartar enfermedad coronaria.
La muerte súbita cardíaca es, por lo tanto, multifactorial y cualquier estrategia para combatirla requiere de un enfoque integral. Necesitamos saber las causas (hemos avanzado mucho en este terreno, aunque quedan algunas lagunas que cubrir), necesitamos identificar a los pacientes con riesgo de sufrirla (las campañas de reconocimientos simples a gran escala pueden ayudar, pero requieren la complicidad de las administraciones), necesitamos encontrar tratamientos adecuados en cada caso y precisamos concienciar a la población de que la muerte súbita es evitable y cada uno de nosotros algún día puede evitar una de ellas utilizando un desfibrilador de uso público.
La muerte súbita no es inevitable, el reconocimiento de personas en riesgo permite tratarlos y prevenir un mal desenlace.