Debido a la reciente proliferación de estudios experimentales y diversas revisiones que permiten fundamentar los beneficios del ejercicio físico en el periodo gestacional, el presente artículo pretende aportar los datos más relevantes para una adecuada prescripción del ejercicio físico durante el embarazo.
El embarazo
El embarazo puede ser definido como un estado biológico caracterizado por una secuencia de eventos que ocurren normalmente durante la gestación de la mujer e incluyen:
- la fertilización
- la implantación
- el crecimiento embrionario
- el crecimiento fetal
Finaliza con el nacimiento, luego de un período correspondiente a 280 días o 40 semanas. Durante este período se produce una gran variedad de acontecimientos en la mujer, quizás y en su mayoría, bajo el influjo hormonal. Estos cambios tienen como objetivo crear las condiciones favorables para el desarrollo y maduración del feto, de igual forma, prepararán el tracto reproductor y las glándulas mamarias de la madre para el parto y la nutrición subsiguiente.
Embarazo y ejercicio físico
Las mujeres embarazadas sufren modificaciones importantes. En muchas ocasiones, estas alteraciones pueden generar un incremento del riesgo de padecer algunas enfermedades como:
- la preeclampsia
- la diabetes gestacional
- entre otros.
La información disponible actual permite afirmar con conocimiento la existencia de la reducción del riesgo de padecer complicaciones asociadas al embarazo gracias a la práctica sistemática de actividad física.
Concretamente ha sido demostrado el papel que desempeña la realización de ejercicio físico en la prevención de:
- Preeclampsia
- Diabetes gestacional
- Ganancia excesiva de peso materno
- Mejora en el rendimiento del embarazo
- La estabilización del humor de la madre
- Menor riesgo de padecer venas varicosas
- El menor riesgo de trombosis venosas
- Reducción de los niveles de disnea
- La menor aparición de episodios de lumbalgia
Las diversas comunicaciones científicas publicadas hasta el momento no han reportado ninguna complicación asociada a la práctica de ejercicio físico adecuada, ni para la madre, ni para el feto.
Pese a la gran contundencia científica disponible que demuestra la positiva relación entre ejercicio físico y embarazo, al igual que sus reducidos riesgos para la salud, muchas de las mujeres embarazadas no realizan las recomendaciones mínimas.
Consideraciones previas al ejercicio
A la hora de establecer un programa de ejercicio físico para la mujer embarazada, deben tenerse en cuenta diversas consideraciones previas sencillas, pero de vital importancia.
A continuación, se detallan:
- Permiso médico para la realización de ejercicio físico.
- Realización de una valoración inicial.
- Tener presente la tipología de mujer embarazada (previamente sedentaria, activa o atlética, patológica)
- Diseño del programa de ejercicio físico, basado en las recomendaciones mínimas.
- Diseñar el ejercicio con precaución y sentido común.
Prestar atención a las señales de alarma para detener el ejercicio físico
- Sangrado vaginal
- Disnea antes del ejercicio
- Mareos, vértigos
- Dolor de cabeza
- Dolor en el pecho
- Debilidad muscular
- Dolor en la región
- Parto prematuro
- Descenso del movimiento fetal
- Fugas de líquido amniótico
Beneficios para la madre
Las múltiples comunicaciones científicas publicadas, recogen los datos más relevantes que permiten sintetizar los beneficios de la práctica de ejercicio físico para la madre:
- Evitan el dolor de espalda baja
- Mejoran las capacidades metabólicas y cardiopulmonares y reducen el riesgo de padecer diabetes gestacional
- Favorecen los procesos del parto
- Mantienen el estado de condición física de la madre, reduciendo el índice de fatiga en las actividades cotidianas
- Controlan la ganancia de peso de la madre
- Mejoran la tolerancia a la ansiedad y la depresión
- Mejoran el concepto de imagen corporal.
Beneficios para el feto
Tolerancia al ejercicio
En general, se ha observado que el feto tolera bien el ejercicio materno. Sin embargo, se pueden presentar problemas como un menor flujo sanguíneo hacia el útero o la disminución de la frecuencia cardíaca fetal con el ejercicio materno, principalmente en embarazadas sin adecuado acondicionamiento físico. En general, se considera que, en mujeres sanas, que continúan haciendo esfuerzos moderados, no hay peligro para la salud de feto.
Peso del neonato
El ejercicio intenso (4-7 días/semana) en gestantes de entre 25 y 35 semanas puede ocasionar bebés con menor peso que aquellos cuyas madres han realizado ejercicio moderado o de madres sedentarias que no realizan ejercicio. Esta diferencia está motivada principalmente por una menor masa grasa en los bebés de madres deportistas (-5%).
Mujeres embarazadas que realizan ejercicio tan sólo tres veces por semana a una intensidad moderada, tienen bebés más grandes que las sedentarias, lo que tal vez se deba a un mayor volumen placentario que hace que el flujo sanguíneo y la nutrición del feto sean mejores. Un estudio anterior analizó la información de mujeres que no hacían ejercicio regularmente durante el embarazo. Éstas fueron 1,75 veces más propensas a dar a luz un bebé de muy bajo peso.
Frecuencia cardíaca
La frecuencia cardíaca fetal (FCF) normal es de 120-160 pulsaciones por minuto. Estudios recientes sugieren que la respuesta de la FCF al ejercicio materno puede ser diferente en mujeres sedentarias respecto a la de la población deportista. El ejercicio aeróbico y moderado desarrollado durante el tercer trimestre de embarazo incrementa la FCF sin efectos perjudiciales.
Otros beneficios
Se ha observado que, en mujeres con buena condición física y que siguen manteniendo su actividad durante el embarazo, el desarrollo psicomotor del feto es superior, con mejor maduración nerviosa. También se han observado beneficios en los perfiles de humor de los bebés respecto a las madres sedentarias: responden mejor ante estímulos ambientales y a los estímulos luminosos, y tienen una cualificación de la organización motora según la escala de humor de Brazelton.