Omega 3, este tipo de ácidos grasos esenciales se encuentra, sobre todo, en los pescados de agua fría, como el salmón, las sardinas, el atún; aunque también está presente en otros alimentos de origen vegetal como son las semillas de lino, las nueces; o incluso aunque en menor medida en la soja.
Recordemos que estos ácidos grasos son un tipo grasas insaturadas “saludables” que deben ser incorporadas al organismo a través de los alimentos; ya que el cuerpo no los elabora de manera natural.
Veamos cinco buenas razones para no olvidarte incluir omega-3 en tu dieta:
Alivia dolores:
Un estudio realizado por la Universidad de Pittsburgh (Estados Unidos) ratificó que tomar suplementos de omega-3 puede ser de gran utilidad para aliviar dolores crónicos. En esta investigación, en específico; se encontró que aquellos pacientes que habían tomado estos complementos por un período de 20 a 30 días habían reducido sus dolores crónicos de espalda y cuello . Esta mejora se debe a las cualidades antiinflamatorias que tiene este ácido graso esencial.
Combate la obesidad:
según se sabe el omega-3 mejora la respuesta del organismo a la insulina, y estimula la secreción de leptina. La leptina es la hormona que ayuda a regular la ingesta de alimentos, así como el peso y el metabolismo.
Mejora el estado anímico:
este es otro beneficio extra, según existe evidencia actúa benignamente sobre el humor y es de gran ayuda para contrarrestar la depresión; la clave está en que estimula la secreción de la serotonina.
Útil para reducir los cuadros de asma:
Recientes estudios revelan que los suplementos de aceites de pescado ayudan a controlar los síntomas propios del asma.–Mantiene el corazón sano: Este es uno de sus beneficios más conocidos, el omega-3 es beneficioso para disminuir los niveles de colesterol y triglicéridos elevados, ambos factores relacionados con la salud coronaria. Además, estos ácidos grasos ayudan a reducir la inflamación, lo que también es benéfico para el corazón