El estudio de la relación entre los cambios hormonales propios del ciclo menstrual y el rendimiento deportivo está presente entre las últimas publicaciones sobre el deporte femenino, tratando de contribuir a un mejor proceso de preparación de las mujeres en las distintas modalidades deportivas y prevenir las posibles afecciones de la función menstrual.
No hay duda, que los cambios periódicos relacionados con el ciclo menstrual dejan huella en el estado funcional de las deportistas y, particularmente, en la capacidad de trabajo. Varias investigaciones confirman el hecho que el desempeño deportivo de las mujeres varía en las distintas fases del ciclo menstrual.
Efectos de los cambios hormonales en la fase premenstrual
Para esta fase son característicos varios cambios debido a las variaciones hormonales.
– Un brusco aumento de la masa corporal
– Baja economía respiratoria,
– Alta frecuencia cardiaca
– Menor cantidad de hemoglobina en la sangre
– Las capacidades de fuerza son menores
– Se nota una mayor movilidad articular.
También se confirma el estrés, tanto psicológico como fisiológico, las mujeres, son más irritables, inseguras, agresivas e inestables emocionalmente.
Efectos de los cambios hormonales en la fase menstrual
– Se ven mejoradas las capacidades de fuerza, pero ocurre una baja velocidad de recuperación después de la carga. También se ha demostrado el empeoramiento del estado en general, irritabilidad y dolor en el abdomen y la parte lumbar de la espalda. Por lo tanto se recomiendan, durante esta fase, bajar el volumen de los ejercicios, que comprometen los músculos de la parte baja de la pelvis,
Efectos de los cambios hormonales en la fase post menstrual
-Se presentan mejora en capacidades coordinativas específicas (equilibrio, orientación, ritmo, coordinación); Sin embargo, se percibe de mejor manera el entrenamiento y una mayor estabilidad emocional.
Fuentes consutadas:
Elena Konovalova. EL CICLO MENSTRUAL Y EL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO: UNA MIRADA AL PROBLEMA. (2013). Revista U.D.C.A Actualidad & Divulgación Científica 16 (2): 293 – 302